......María estaba atónita, sus ojos se desorbitaron y su mente
empezó a dar vueltas, no lograba comprender lo que estaba
escuchando de labios de su propia madre.
Doña Cristina como siempre no le había puesto más palabras
a su discurso más que las necesarias; "estoy embarazada y
tendré al niño". De la boca de María no salieron más palabra
que algunas interjecciones, no había podido articular más
que eso y no era para menos, la sorpresa la había pillado
en un momento de su vida en el que ni ella misma había
logrado ni siquiera que hombre alguno le mirara.
Las cosas irían de mal en peor pues tiempo y embarazo si
este se lograba claro estaba, llegarían a acabar con los
ánimos de María.
La panza de Cristina iría creciendo día con día y la criatura
se sentiría segura de llegar al mundo pues María se estaba
encargando de que eso fuera un hecho. Las complacencias
a Doña Cris, cada día eran más frecuentes, porque quién
se resiste a los antojos y necesidades de una embarazada y
más cuando es su propia madre?
En fin, las cosas para María se habían vuelto al doble y
eso le estaba causando una enorme fatiga, sin embargo para
Doña Cris, el embarazo le había traído aunque muchas cosas
malas como las habladurías y el chisme, también le habían
traído la gran comodidad que requería un estado como el de
ella. Aún así, la salud de Doña Cristy era de lo mejor, sus
largas caminatas por todo el pueblo haciendo favores y
ayudando a la gente en el trámite de cualquier proceso legal
le habían valido para lograr una condición excelente, así
que ella se movía como pez en el agua aún trayendo al crío
en la panza. Su salud era tan envidiable y no había mermado
ni un ápice como todos en Tlapacoyan habían predicho.
María por su parte había puesto todo su empeño para que
Doña Cristy no sufriera en lo más mínimo y así el tiempo
transcurrió............
empezó a dar vueltas, no lograba comprender lo que estaba
escuchando de labios de su propia madre.
Doña Cristina como siempre no le había puesto más palabras
a su discurso más que las necesarias; "estoy embarazada y
tendré al niño". De la boca de María no salieron más palabra
que algunas interjecciones, no había podido articular más
que eso y no era para menos, la sorpresa la había pillado
en un momento de su vida en el que ni ella misma había
logrado ni siquiera que hombre alguno le mirara.
Las cosas irían de mal en peor pues tiempo y embarazo si
este se lograba claro estaba, llegarían a acabar con los
ánimos de María.
La panza de Cristina iría creciendo día con día y la criatura
se sentiría segura de llegar al mundo pues María se estaba
encargando de que eso fuera un hecho. Las complacencias
a Doña Cris, cada día eran más frecuentes, porque quién
se resiste a los antojos y necesidades de una embarazada y
más cuando es su propia madre?
En fin, las cosas para María se habían vuelto al doble y
eso le estaba causando una enorme fatiga, sin embargo para
Doña Cris, el embarazo le había traído aunque muchas cosas
malas como las habladurías y el chisme, también le habían
traído la gran comodidad que requería un estado como el de
ella. Aún así, la salud de Doña Cristy era de lo mejor, sus
largas caminatas por todo el pueblo haciendo favores y
ayudando a la gente en el trámite de cualquier proceso legal
le habían valido para lograr una condición excelente, así
que ella se movía como pez en el agua aún trayendo al crío
en la panza. Su salud era tan envidiable y no había mermado
ni un ápice como todos en Tlapacoyan habían predicho.
María por su parte había puesto todo su empeño para que
Doña Cristy no sufriera en lo más mínimo y así el tiempo
transcurrió............
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