Las playas de los mundos infinitos, la sonrisa
de los niños.



Sé parte de la escafandra!

martes, 29 de junio de 2010

La mayoría

de mis pensamientos están fijos en este momento en aquel formidable automóvil que vi en aquella ocasión por motivo de un cumpleaños de un amigo.
Ese día fue un magnífico día ya que cuando lo ví llegar me di cuenta que sin duda era el prototipo que estaba buscando desde hacía mucho tiempo.
Era rojo, con pintura impecable y brillo sin igual, el descapotable extremadamente aterciopelado y sus rines de un diseño aerodinámico y de un intenso cromado.
Me acerqué lentamente para fisgar dentro suyo y todo su interior me llamó la atención de manera inexplicable, todas las palancas estaban forradas de un fino material que contrastaba con el negro azabache de las vestiduras de cada uno de sus asientos. Los vidrios mostraban un tenue polarizado que dejaba entrever el paisaje hacia fuera y los pasajeros al interior.
Sin embargo al ver que no bajaba nadie y no poder definir persona alguna, supe que alguien al volante ya había bajado.
Mis expectativas crecieron al pensar que el sujeto, objeto de mi hasta ese entonces crecida curiosidad, anduviera merodeando los alrededores del parqueadero intentando cazar a la furtiva mirada cazadora de automóviles elegantes recién llegados al ameno y agraciado convite.
Mis ojos se delinearon en una delgada pero sagaz mirada a mi alrededor buscando que nadie me viera y buscando al mismo tiempo la abrazadera de la puerta del elegido automóvil, para ese entonces ya había detectado las llaves puestas en la ranura y mis manos sudaban copiosamente de ansiedad y la adrenalina se hacía sentir subiendo por todo mi cuerpo, con un movimiento rápido y certero abrí la portezuela del auto, y mi cuerpo se deslizó al interior, mis palmas sintieron al tacto la suavidad del relieve de la tela que forraba los asientos, mi ser lo estaba disfrutando al máximo, pero en realidad ese no era el objetivo, mi mano derecha reaccionó y tomando las llaves dí una vuelta suave pero rápida dando marcha al motor, mis pies se activaron y mis manos tomando las respectivas palancas dieron la orden de ir en reversa, fue increíble cómo se sucedieron las cosas, corrí ligera por un par de kilómetros, viendo por el retrovisor como una decena de personas corriendo tras de mi, gritando cosas feas en realidad se iban haciendo chicas hasta desaparecer en el lejano horizonte. Fue un paseo inolvidable, bajé el descapotable y mi cabello largo se elevó hasta quedar en línea horizontal, el aire fresco pegaba en mi rostro acariciándolo y al decidir acelerar hasta llegar a los 200km por hora mi adrenalina subió al máximo, que felicidad estaba sintiendo en ese momento, todo mi ser, se volcó en mis manos, mi sangre se agolpaba en mi cerebro y me hacía sentir LIBRE, tan libre fui en ese momento que jamás escuché el claxon de aquel tremendo trailer que avisándome que iba en medio de la carretera, sólo alcanzó a virar pesadamente toda su envergadura y pegarme de lado en todo el frente del cofre, me asusté y traté de reaccionar pero era demasiado tarde...........

miércoles, 9 de junio de 2010

Quieeeeeeeeeeeeeeeeero ................!!

Quieeeero ver el fucho sin tener que ir a trabajar!!!
Alguien me podría dar un buen tip para quedarme en casa?
je!!
Pero que no se entere el jefe!!