.....El día había sido cansado, el trabajo era cada vez más y el agotamiento igual, por fin a eso de las siete de la noche todo había terminado. El pensamiento divagaba en tantas cosas y ella necesitaba descanso mental; el frío aunque era bastante y cortaba su cara fue mínimo, sus ansias de salir y tomar un poco de aire eran más.
Dos horas más tarde ella había regresado a casa, las cosas seguían igual por lo que decidió ir a la cama. La media noche llegó rápidamente y ella enfundada en su acolchada piyama, acomodó nuevamente las cobijas se arrebujó entre ellas y quedó profundamente dormida.
A las primeras horas de la madrugada ella despertó por sentir algo dentro de su boca, al tomar conciencia se dió cuenta que era un bocado macilente pero pequeño, lo masticó como si fuera comida y al momento de tragarlo apareció otro en su boca pero ahora más grande, era algo que no toleraba y de un momento a otro se paró, estaba saliendo más y más carne de su boca, las náuseas se incrementaron y tuvo que salir por la ventana de su recámara pues era lo que estaba más cerca.
El vómito fue terriblemente largo y cansado, ella solo quería terminar con todo aquello que salía de su boca, su estómago estaba quedando vacío pero ella se sentía mejor, cada vez mejor. Una vez que hubo terminado su cuerpo se estremeció del asco que le hizo sentir esa gran masa de carne.
No pudo evitar hacer una mueca e irse de ahí para recostarse y descansar del enorme esfuerzo; en dos minutos se quedó plácidamente dormida pero su fortuna sería poca pues ella había puesto la alarma a las seis de la mañana y en ese momento se activó, despertando de repente y enojada pues continuaba con sueño, ella se dió cuenta que su boca tenía pequeños residuos de algo que ella no había comido la noche anterior. Las náuseas volvieron y en ese momento recordó que se había levantado en la noche, así que salió a buscar la gran masa que había depuesto pero todo estaba igual, no había nada. Ella fue a enjuagarse la boca, nunca supo por qué....
Dos horas más tarde ella había regresado a casa, las cosas seguían igual por lo que decidió ir a la cama. La media noche llegó rápidamente y ella enfundada en su acolchada piyama, acomodó nuevamente las cobijas se arrebujó entre ellas y quedó profundamente dormida.
A las primeras horas de la madrugada ella despertó por sentir algo dentro de su boca, al tomar conciencia se dió cuenta que era un bocado macilente pero pequeño, lo masticó como si fuera comida y al momento de tragarlo apareció otro en su boca pero ahora más grande, era algo que no toleraba y de un momento a otro se paró, estaba saliendo más y más carne de su boca, las náuseas se incrementaron y tuvo que salir por la ventana de su recámara pues era lo que estaba más cerca.
El vómito fue terriblemente largo y cansado, ella solo quería terminar con todo aquello que salía de su boca, su estómago estaba quedando vacío pero ella se sentía mejor, cada vez mejor. Una vez que hubo terminado su cuerpo se estremeció del asco que le hizo sentir esa gran masa de carne.
No pudo evitar hacer una mueca e irse de ahí para recostarse y descansar del enorme esfuerzo; en dos minutos se quedó plácidamente dormida pero su fortuna sería poca pues ella había puesto la alarma a las seis de la mañana y en ese momento se activó, despertando de repente y enojada pues continuaba con sueño, ella se dió cuenta que su boca tenía pequeños residuos de algo que ella no había comido la noche anterior. Las náuseas volvieron y en ese momento recordó que se había levantado en la noche, así que salió a buscar la gran masa que había depuesto pero todo estaba igual, no había nada. Ella fue a enjuagarse la boca, nunca supo por qué....
2 comentarios:
Me gusta leerte en formato cuento. Si no me falla el instinto...¿esto fue una pesadilla que tuviste?
Saludos Enfermos.
¿Qué pasó?
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