Tenía tanto tiempo sin saber de ti, la verdad no sabía donde andabas.
Así que me dediqué a vivir.
Ya te había visto en otras ocasiones sin embargo creo y después de mucho tiempo puedo afirmar que en aquella ocasión fuiste tu.
Ese recuerdo no se olvida de mi mente, en aquella ocasión mi viaje fue al norte y no sé por qué extraña razón fui a parar a Ciudad Juárez, en aquel tiempo las noticias solo hablaban de las muertas de Juárez, por lo que mi mente se rehusaba ir para aquel rumbo, solo que la vida me haría una mala
jugada y sería entonces cuando te conocería.
El chofer del autobús se había preocupado mucho por mi y me acompañó hasta la oficina de permisos a pedir mi pase para poder internarme a los Estados Unidos por un tiempo más largo, pero al tener aquel pequeño olvido; mi vida cambiaría por completo para vivir una aventura....
El chofer solo pensaba en dejarme en un lugar seguro donde pasar la noche ya que su jornada terminaba de regreso al centro del país y no podía quedarse ahí. Por lo que se apresuró a buscar un hotel de buen ver en donde pudiera yo pasar la noche y después de unas cuadras encontramos uno en que había estado él alguna vez. Así que me dejó encargada al gerente como si fuera su hija, le pidió que cuidara de mi pues era lo único que tenía, así que muy a mi pesar se despidió con un fuerte abrazo y pidiendo al cielo que no me pasara nada si no, él no se lo perdonaría.
Mi estancia en ese hotel fue breve pero a la vez sustanciosa ya que el gerente se encargó de que no me faltara absolutamente nada de lo que yo pudiese necesitar; siguiendo las instrucciones de mi supuesto y preocupado padre. Y eso para mí, fue un gran alivio ya que por lo menos tenía a alguien de mi parte.
El ir a los Estados Unidos me resultaría un poco difícil en esta ocasión pues mis documentos los había olvidado en la mesa del comedor de mi casa en mi terruño; por lo que pedí a mi familia me los enviaran por fax, en el hotel estuvieron pendientes de que estos llegaran bien asi que este proceso duró todo el día.
Al llegar la noche se aproximaba la hora en que debía ir nuevamente a la oficina de permisos; si mal no recuerdo era en el puente Santa Fe y creo es por el centro, (no recuerdo bien).
El gerente del hotel no me podría acompañar sin embargo te pediría a ti que me acompañaras. Sentada yo en el lobby del hotel y con cierta impaciencia por tu retardo, esperaba con ansia el ver tu cara. Mi gran sorpresa fue cuando al verte lo único que vino a mi mente fue el negarme rotundamente ir a sacar el permiso.
No quería ir, tu aspecto no era el óptimo para mi, tu tez pálida, tu gran estatura me impuso, pero sobre todo lo que me amedrentó fue tu cara arrugada, cansada de una vida ajetreada, por lo que tu ceño fruncido y tus ojos de mirada penetrante hicieron que me sobrecogiera, tu atuendo era demasiado, demasiado peliculesco, tu chaqueta de gamuza en color ocre, tu texana negra un tanto raída por el tiempo, tu camisa de un blanco percudido por las mal lavadas y tus jeans arrugados y a leguas visto de que tenían varias puestas pues la mugre le resaltaba en los pliegues naturales de tu cuerpo, tus botas vaqueras y rotas de pico de tan viejas que estaban pero que sin duda traían cierta comodidad a tus pies.
Tu enérgica figura entró en mi mente con repudio pero a la vez con cierta resignación ya que no habría nadie más que me acompañara.
Tome mis cosas y me levanté sin ganas de hacerlo, en ese instante el gerente se acercó y nos presentó, te saludé de mano y con una tímida e insegura sonrisa semidibujada en mis labios y en ese momento supe que eras el guardaespaldas del padre del gerente y el gerente era el hijo del dueño del hotel a quien tu servías.......
Continuará....
Así que me dediqué a vivir.
Ya te había visto en otras ocasiones sin embargo creo y después de mucho tiempo puedo afirmar que en aquella ocasión fuiste tu.
Ese recuerdo no se olvida de mi mente, en aquella ocasión mi viaje fue al norte y no sé por qué extraña razón fui a parar a Ciudad Juárez, en aquel tiempo las noticias solo hablaban de las muertas de Juárez, por lo que mi mente se rehusaba ir para aquel rumbo, solo que la vida me haría una mala
jugada y sería entonces cuando te conocería.
El chofer del autobús se había preocupado mucho por mi y me acompañó hasta la oficina de permisos a pedir mi pase para poder internarme a los Estados Unidos por un tiempo más largo, pero al tener aquel pequeño olvido; mi vida cambiaría por completo para vivir una aventura....
El chofer solo pensaba en dejarme en un lugar seguro donde pasar la noche ya que su jornada terminaba de regreso al centro del país y no podía quedarse ahí. Por lo que se apresuró a buscar un hotel de buen ver en donde pudiera yo pasar la noche y después de unas cuadras encontramos uno en que había estado él alguna vez. Así que me dejó encargada al gerente como si fuera su hija, le pidió que cuidara de mi pues era lo único que tenía, así que muy a mi pesar se despidió con un fuerte abrazo y pidiendo al cielo que no me pasara nada si no, él no se lo perdonaría.
Mi estancia en ese hotel fue breve pero a la vez sustanciosa ya que el gerente se encargó de que no me faltara absolutamente nada de lo que yo pudiese necesitar; siguiendo las instrucciones de mi supuesto y preocupado padre. Y eso para mí, fue un gran alivio ya que por lo menos tenía a alguien de mi parte.
El ir a los Estados Unidos me resultaría un poco difícil en esta ocasión pues mis documentos los había olvidado en la mesa del comedor de mi casa en mi terruño; por lo que pedí a mi familia me los enviaran por fax, en el hotel estuvieron pendientes de que estos llegaran bien asi que este proceso duró todo el día.
Al llegar la noche se aproximaba la hora en que debía ir nuevamente a la oficina de permisos; si mal no recuerdo era en el puente Santa Fe y creo es por el centro, (no recuerdo bien).
El gerente del hotel no me podría acompañar sin embargo te pediría a ti que me acompañaras. Sentada yo en el lobby del hotel y con cierta impaciencia por tu retardo, esperaba con ansia el ver tu cara. Mi gran sorpresa fue cuando al verte lo único que vino a mi mente fue el negarme rotundamente ir a sacar el permiso.
No quería ir, tu aspecto no era el óptimo para mi, tu tez pálida, tu gran estatura me impuso, pero sobre todo lo que me amedrentó fue tu cara arrugada, cansada de una vida ajetreada, por lo que tu ceño fruncido y tus ojos de mirada penetrante hicieron que me sobrecogiera, tu atuendo era demasiado, demasiado peliculesco, tu chaqueta de gamuza en color ocre, tu texana negra un tanto raída por el tiempo, tu camisa de un blanco percudido por las mal lavadas y tus jeans arrugados y a leguas visto de que tenían varias puestas pues la mugre le resaltaba en los pliegues naturales de tu cuerpo, tus botas vaqueras y rotas de pico de tan viejas que estaban pero que sin duda traían cierta comodidad a tus pies.
Tu enérgica figura entró en mi mente con repudio pero a la vez con cierta resignación ya que no habría nadie más que me acompañara.
Tome mis cosas y me levanté sin ganas de hacerlo, en ese instante el gerente se acercó y nos presentó, te saludé de mano y con una tímida e insegura sonrisa semidibujada en mis labios y en ese momento supe que eras el guardaespaldas del padre del gerente y el gerente era el hijo del dueño del hotel a quien tu servías.......
Continuará....
6 comentarios:
esta me gusto para empezarsela a contar a mis nietas asi con un "Erase una vez en México,..."
a mis nietos les voy a contar como el de la texana mato a milquinientosnoventaycuatro zombyz para defenderte camino a la oficina de permisos.
xhaludos!
espero impaciente la segunda entrega, un besin de esta amiga admiradora.
No, no, no, como que continuara yo quiero saber que pasa, pero por lo visto tal vez las primeras impresiones no siempre son las que cuentan, ya veremos.
Saludos
¿Quién es él?
Cuando leo libros o relatos, me identifico mucho con el protagonista... al leer tu post no pude evitar sentirme incomodo ante el nuevo personaje que conociste... lo bueno es que ya puedo leer la continuación... allá voy.
Saludos.
El comentario de Malquerida me hizo pensar en la canción de José Luis Perales xD
Ahora voy a leer la segunda parte del post.
Saludos!
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