Las playas de los mundos infinitos, la sonrisa
de los niños.



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lunes, 10 de enero de 2011

La Razón

Por la que me tardo en escribir es por que mi fuente de escritura reside en mi etapa MOR cosa que no ha sido bien atendida últimamente.
En castellano, me he desvelado mucho y no recuerdo mis sueños.
sin embargo aletargada por un baño caliente y un pijama calientito, me hundí en un fuerte sopor donde mi cabeza reclinada un poco, trajo la desventura de mi caballo, el pobre había caído a un río muy caudaloso que recién las lluvias había inundado sus cauces y por el efecto de deslave las plantas y todo a sus orillas corría en desbandada tirado en el medio de este, cual muñecos maltrechos tirados en la alcantarilla.
Esa temporada no siempre había sido mala, cuentan las gentes grandes; que antes el río no se desbordaba pero ahora le echaban la culpa a las grandes fábricas que se erigían a la vera de éste y como grandes fortalezas no sucumbían a los embates de la naturaleza.
Esa noche por el fuerte sonido de un relámpago mi caballo se asustó y salió huyendo desbocado buscando refugio, solo que al no haberlo cerca sus pasos fueron a topar con el lodazal y al resbalar su mala suerte empeoró.
Cuentan los abuelos que los relinchos se oían hasta el pueblo vecino, la verdad ese caballo fue bueno, y creo con testaruda fe que no debió morir así.
La leyenda cuenta que en ese río existía un pez de gran tamaño que había arribado del mar buscando aguas dulces en donde desovar, ese pez había salido de su guarida y nadaba río abajo y mi pobre caballo relinchaba tanto que el agua entraba y salía de su hocico.
El pez nadaba a gran velocidad y en un fuerte estruendo frenó su loca carrera en el hocico de mi caballo, así los encontraron flotando en el río.
La pérdida de mi caballo ha sido el peor suceso de mi vida, contaba mi tío Pedro, me quedé sólo con el gran diamante que traía en la panza aquel enorme pez que a tiros y tirones entre cuatro y yo pudimos sacar del hocico de mi caballo para luego echarlo a la basura y a mi rosín enterrarlo con los merecidos honores que un córcel como él debía tener.

5 comentarios:

xhabyra dijo...

bueno al menos al morir tanto el caballo como el pez recibieron un beso.

Xhaludos!



www.xhabyra.com

Unknown dijo...

y qué fue del diamante??

la MaLquEridA dijo...

Pero se muerieron ambos dos a la par de juntos jeje.

beso.

Anónimo dijo...

he leído un poco menos de la mitad de tu blog,
en algunas entradas hay cosas que no entiendo del todo,
no me malinterpretes, por el contrario, igual es cosa de leer varias veces,
he separado algunas entradas, una que me gusto es la descripción
que haces de un mercado

esta entrada me recordó una leyenda japonesa llamada "Urashima Tarō"
es sobre un pescador y una tortuga,
sino la conoces o no la has leído, te la recomiendo, ¡saludos!

te sigo a través de un enlace en mi blog, gracias por tu visita y por el seguimiento

reptilio dijo...

total crece