Las playas de los mundos infinitos, la sonrisa
de los niños.



Sé parte de la escafandra!

martes, 3 de diciembre de 2013

CELENE FERRONNI V/X

.....Así se dispuso y así se hizo, Cinthia y Salomé fueron al cuarto contiguo a buscar sábanas limpias, María las había mandado por una supuesta petición de doña Cris, pero lo que ella quería era quedarse a solas con su madre y contemplar embelesada aquel maravilloso momento del alumbramiento.
No supo cuanto tiempo se quedó absorta mirando a su madre  pero ciertamente mirando al vacío, ella se veía a sí misma en un momento como ese, para María ese momento sería glorioso pues en su madre veía lo que en mucho tiempo  ella misma no había podido consolidar, su ensimismamiento fue tal que ni siquiera se dio cuenta que Doña Cris ya estaba en posición de
parto, sus piernas largas y lo que María supuso en algún momento de realismo que serían unas piernas huesudas, estaban acomodadas; listas como lo estaría una mujer de épocas antiguas (como lo era su madre), sin embargo al regresar a la realidad y observar detenidamente la escena se dio clara cuenta que las piernas de su madre tenían una jovialidad extrema, se veían torneadas y con una fuerza tal que podrían tumbar a alguien de una patada.
María a su regreso de aquel momento lapsus que la había tomado por sorpresa y la había hecho voltear para sus adentros; notó un pequeño manchón negro y sanguinolento en el medio de las piernas de su madre a lo que sus ojos no pudieron más que tornarse redondos como platos, llenos de asombro, curiosidad y a la vez un poco de terror  pues era la primera vez que se encontraba en una situación de esa índole y sentía que sus fuerzas en ese preciso instante desaparecían por arte de magia. Pero Doña Cristy le reclamó tal atrevimiento de mirada; pues su experiencia como parturienta no daba oportunidad de errores  de flaqueza disfrazados de miramientos sentimentaloides que en ese momento tenían a María al borde de la histeria. Por lo que
echó un pedazo de frazada que encontró cerca de ella para que
no viera María. María chica tímida y un poco despistada de la
vida no podía creer lo que estaba sucediendo en ese momento y en un parpadeo de ojos, la cabeza del chiquillo estaba fuera
y la madre no había echado ni un pujido de alerta para que las
hermanas de María llegaran a auxiliarla, el momento tan deseado por fin había llegado.......

No hay comentarios: