La oscuridad es algo para mi prohibido, no es respeto por ella, sino ..........
un completo terror,es una fuerza descomunal que se apodera de mi cuando estoy en medio de ella, me falta la respiración, siento que me ahogo, me mareo, pierdo fuerzas, siento que todo mi cuerpo es vulnerable a cualquier evento.
Me pierdo en la desesperación y todo por algo que todavía no comprendo cuando inició.
Ayer mi casa se vió inundada de ella, llegó sin ser invitada, arrastrando todo lo que encontraba a su paso, por suerte yo estaba fuera y no la sentí venir; pero al llegar no tuve más remedio que hacerle frente. Debía entrar en ella cual bandido buscando botín. La luna, la bendita luna en ese momento me tendió su mano y fue mi aliada, iluminando cada uno de mis pasos, llevando a donde la luz artificial guardaba vida.
Fue ahí cuando me di cuenta que soy dependiente de la luz, que no puedo vivir sin ella.
Que gran dependencia haz creado en mí!, pensé en reprocharle, pero creo que ya es un poco tarde para eso.
Mi amiga luna vuelve a rescatarme de ella y entro a mi aposento, temerosa de que en cualquier instante una nube haga su maldad y tape la única luz de que dispongo para sobrevivir a tan cruel castigo; por fin, entro dispuesta a cerrar los ojos, pero el simple hecho de saber que estás observándome, que quieres entrar en mi; poseerme con tu negrura y tragarme hasta dejar solo de mi los más escuetos huesos.Que no quede de mi, más que harapos revueltos en el suelo, llenos de sudor y de sangre, llenos de un profundo miedo que jamás se supo como vencer.
Regresa un poco de cordura a mi y vuelvo en un instante mi vista, a la decrépita luz que emite una vela y me aferro a ella como si de eso dependiera la extinción de mi vida.
¡Que sentimiento tan cruel siento, que inseguridad tan grande la mía y sólo porque tu estás aquí!
Te siento cerca, me miras y te vas, te atreves a meter tu negra mano en la ligera flama, para hacerme sentir aún más inferior, pero yo no te dejo, no dejaré que apagues lo que yo necesito para estar bien.
Mi brazo derecho yace plácidamente dormida junto a mi, ella no le teme, aprendieron a jugar juntas desde chicas, hoy le pedí que durmiera conmigo y aceptó, pero es tal su cansancio que se entregó al sueño de inmediato, sin ganas de ayudarme a librar una batalla que sé, será terrible y pero que por honor debo ganar, pues de diario se ganan. Pero que hoy haz tomado ventaja en mi terreno.
Estoy ahí, a punto de dormir muriendo, pero no puedo, tu presencia me atosiga, no me deja estar en paz; cuando por fin mis ventanas se están cerrando cansados del hoy vivir; me animo, apago la luz y empiezo a dormir...............
Pero estás ahí, dispuesta a seguirme, a no dejarme dormir,te empiezas a meter en mi, me llenas tanto de tu presencia, que mi respiración se empieza a cortar, se apodera de mi la desesperación, siento que no puedo hablar, mi mente se nubla, mi cuerpo empieza a temblar terriblemente y no puedo contenerme, no puedo hacerte frente, insistes en ganar esta batalla.
Pero llega a mí un ligero álito de valor y fuerza, busco con mi mano temblorosa una lámpara prestada, pero está muy lejos de mi alcance y siento como tomas mi brazo y lo jalas hacia ti; no la alcanzo por ningún motivo, tumbo cosas al suelo y en eso recuerdo que tengo unos cerillos, pero tampoco los encuentro, busco algo que me dé luz.
Mi cuerpo ya no resiste, está a punto de la histeria, necesito algo que me haga sentir tranquila, pero no encuentro nada a mi alrededor, palpo con mis manos, busco y no encuentro; mi respiración es más intranquila, me desespero y arriban a mis cuencas, ondonadas de agua agridulce que brotan y recorren mis mejillas, no lo puedo evitar, la desesperación y la ansiedad llegaron a mi.
Una vez más, hizo presa de mi endeble cuerpo; sin embargo mis manos no dejan de buscar, en la desesperación tan grande que me provoca ella, encuentro el celular, lo prendo y lo dejo junto a mi, con su tenue luz, mi ser se tranquiliza, se vuelve dócil y el sueño regresa a mi.
Está junto a mi cara, ese pequeño artefacto ahora es mi gran aliado, cada vez que se apaga mis dedos lo toman y con ansia infinita lo vuelven a prender; así, una y otra vez, hasta que mi mano tullida y cansada de apretarlo se vuelve lánguida y se arropa en la cobija, mis ojos se están cerrando, empieza la oscuridad, pero ya no importa que esté ahí, mi alma yace en otro sitio, lleno de luz y de amor, donde las sombras son solo eso y no existen en ese remanso de paz.
Donde la felicidad y las ganas de vivir grandes odiseas son cosa más importante que el venir de la negra noche.
Oro por que el mañana sea un día lleno de luz, aún cuando mi noche haya sido aterradora.
Padre Nuestro que estás...............................................