En el umbral de tu misterio,
Quien fuera Ali Bab,
Quien fuera el mítico Simbad,
Quien fuera un poderoso sortilegio,
Quien fuera encantador.
Estoy buscando una escafandra,
Al pie del mar de los delirios,
Quien fuera Jacques Cousteau,
Quien fuera Nemo el capitán,
Quien fuera el batiscafo de tu abismo,
Quien fuera explorador.
Corazón, corazón oscuro,
Corazón, corazón con muros,
Corazón, que se esconde,
Corazón, que esta donde,
Corazón, corazón en fuga,
Herido de dudas y amor.
Estoy buscando melodía,
Para tener como llamarte,
Quien fuera ruiseñor,
Quien fuera Lennon y Mcartney,
Sindo Garay, Violeta, Chico Buarque,
Quien fuera tu trovador.
Corazón, corazón oscuro,
Corazón, corazón con muros,
Corazón, que se esconde,
Corazón, que esta donde,
Corazón, corazón en fuga,
Herido de dudas y amor.
Silvio Rodríguez
A mi mente han llegado una y mil palabras, que vienen acomodadas en una bella poesía. Desde que tengo uso de razón tengo gusto por la trova, cuando no por amigos, por compañeros, por conocidos y en estos tiempos tan difíciles de creer en lo que sucede, llega a mis manos una hermosa poesía de amor convertida en canción; el autor? Uno de mis tantos favoritos: Silvio Rodríguez. Quien fuera? Es sin duda una de las mejores letras que he escuchado ya que en ella puedo viajar de incógnito a lugares inimaginables en mi muy modesto batiscafo el cual he creado para recorrer distancias enormes, para sumergirme en las incontenibles fuerzas de una imaginación desbordada, tratando de que mi voz sea escuchada y logre llegar a aquellos lugares recónditos en donde solo puede sentirse la quietud del alma. Descubrir nuevos mundos abisales, nuevas corrientes en donde poder encontrar el sentido de una vida perdida en el vaivén de las olas superficiales que la vida nos arrastra. Busco llegar muy hondo, al fondo del lecho marino, en donde solo se pueden encontrar ruinas de antiguas vivencias, legados de tesoros mal escondidos que con la fuerza de las tormentas traen a la superficie una que otra efigie difícil de recobrar. Busco encontrar ecos, ecos que lleguen en galeón dorado, que traigan a mi submarino una nueva aventura por vivir, un concierto de peces por escuchar, un arrecife de corales en el cual varar. Así en este batiscafo el cual acabo de crear, recogeré por vez primera todas aquellas impresiones de esta gran aventura que acabo de emprender.